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Buscando una solución para los residuos de la industria láctea

01/08/2014
Cada año la industria láctea uruguaya produce 4.000.000 de metros cúbicos de residuos, según informes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Estos están compuestos mayormente por grasas y sus derivados. Aumentar la eficiencia de su degradación en las aguas residuales es una de las dificultades actuales que enfrenta la industria.

“Mi trabajo consistió en hacer una primera aproximación al desarrollo de un inoculante que sea capaz de mejorar la degradación de grasa y sus derivados en los efluentes de la industria lechera”, explica Angeline Saadoun, Licenciada en Biotecnología y responsable del estudio.

Un inoculante es un conjunto de microorganismos que son capaces de digerir la grasa o los derivados de la grasa y transformarlos en productos que pueden ser útiles para otros usos o que no sean contaminantes.

Realizó el estudio en asociación con una empresa láctea uruguaya, que para degradar las aguas residuales actualmente utiliza un reactor anaerobio. Este tipo de tecnología, que está compuesta por un lodo que contiene al conjunto de microorganismos que trabaja para degradar lo que entra al reactor, requiere menos gasto energético y tiene la ventaja de producir biogás.

“La idea del proyecto surgió a partir de resultados previos realizados por mi tutora, junto a su equipo, quienes estudiaron la comunidad microbiana presente en un lodo extraído del digestor de grasa de la empresa”, explica Saadoun. “En estos resultados se observaron algunos microorganismos que se encontraban en un porcentaje bastante alto. Eso les llamó la atención. Se plantearon entonces profundizar sobre el tema”.

Es común que los degradadores de grasa tengan baja eficiencia después de un tiempo y por ello es importante poder controlarlos para evitar cualquier inconveniente que puedan ocasionar para la empresa y el medio ambiente. El trabajo de Saadoun consistió en adaptar esos microorganismos ya presentes en el reactor para que fueran más eficientes en la degradación.

Durante el estudio Saadoun logró enriquecer la muestra de lodo estudiada con bacterias que parecerían digerir el glicerol o el ácido oleico y transformarlo en gas, entre otros productos que no fueron aún identificados.

“Este trabajo no fue más que una pequeña parte de lo que debería ser”, explica. “Pero la idea es que esto, de ser continuado, sea de gran utilidad para la industria lechera en el tratamiento de los efluentes, ya que la grasa es uno de los componentes mayoritarios en los efluentes y es muy difícil de tratar”.

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