Internet of Behaviour consiste en el análisis de datos para entender más el comportamiento, los intereses, las conductas o preferencias de los usuarios. Esto se logra a través de dos tecnologías Internet of Things y Big Data.
La Mag. Mariel Feder, docente del área de Ingeniería de Software, brindó una charla abierta al público el 9 de junio de 2021 para acercar este tema a todos los que estuvieras interesados. La conferencia fue organizada por la IEEE y por el Project Management Institute de Uruguay.
La Facultad de Ingeniería se contactó con la docente para profundizar sobre el tema y conocer más cómo se usen los datos y para qué, qué implicaciones éticas y sociales conlleva, y qué leyes hay que regulen esta tendencia tecnológica.
“El IoB utiliza el reconocimiento facial, el seguimiento de la ubicación, la monitorización de la actividad física, la huella digital que generamos en redes sociales, así como el análisis de nuestros hábitos de consumo para interpretar cómo nos comportamos y quizá también qué necesitamos o deseamos”, explica Feder.
Lo que se busca es trazar una imagen más próxima a la realidad, es decir, realizar una segmentación prácticamente individual. Feder enfatiza “esto no es ciencia ficción, un caso muy conocido fue el escándalo de Cambridge Analytica y Facebook, que combinó datos y análisis de comportamiento con fuentes de información estratégica antes y durante los procesos electorales para influir en las elecciones”.
Por esta violación Facebook recibió una multa de 4.500 millones por la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos y la sanción incluyó, además, la obligación de reportar a las autoridades estadounidenses las medidas que están aplicando en materia de protección de datos para prevenir fututos abusos.
También hay ejemplos más cercanos “como el control del comportamiento en la pandemia, el monitoreo si se está cumpliendo el protocolo o el distanciamiento social, mostrar alerta cuando hay violaciones, entre otras”.
“Seguros cuya prima se podría calcular considerando el uso del auto, por ejemplo, el número de kilómetros al día, la forma de conducción o tu historial de accidentes”, cuenta Feder.
La mayoría de nuestros datos los entregamos de forma voluntaria al acceder a los servicios de diferentes proveedores como Google, Apple u otros, al descargar aplicaciones o al aceptar términos y condiciones largos y complejos que no leemos o no entendemos. Hacerlo nos facilita nuestro día a día, incluso nos puede estimular a prácticas saludables con aplicaciones de deportes o de salud.
¿Es válido que usen nuestros datos, podemos saber qué usos se les da, hay legislaciones que nos amparen y qué tan consciente es la sociedad de este tema?
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¿Qué tan consciente creés que somos como sociedad sobre Internet del Comportamiento?
Es mi opinión, muy poca gente es consciente de este punto. Aunque ya hay personas pensando en el tema, todavía son pocos y, como es algo complejo, no son cuestionamientos que se hace una persona común, sino más bien los especialistas que están en el tema y entienden las ramificaciones que implica el uso de la Inteligencia Artificial.
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¿Cómo usuarios podemos saber qué usos hacen de nuestros datos?
Deberíamos poder saberlo, pero en la práctica la realidad es que no lo sabemos. Es muy difícil rastrear el uso que se hace de nuestros datos debido a los muchos lugares por los que circulan en forma directa o indirecta e incluso por violaciones de seguridad ilícitas
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En la charla mencionás la Ley Europea AI de abril de 2021, una de las pocas regulaciones que existen sobre el uso de Inteligencia Artificial. ¿En qué lugar se encuentra Uruguay en este tema?
En Uruguay tenemos una ley de protección de datos personales que es muy buena, que obliga a las compañías a proteger los datos de terceros y a que solamente se haga uso de estos con el consentimiento del usuario y para los fines que el usuario autoriza.
El problema es cómo aplicamos esta Ley a megacorporaciones extranjeras o cómo sabemos si está siendo respetada. Hasta donde yo sé, no hay en Uruguay restricciones sobre la aplicación de los algoritmos de Inteligencia Artificial, que es un capítulo aparte del tema de datos personales
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Al final de la conferencia preguntás qué tan libre somos, ¿tenés una respuesta?
Esta es una pregunta difícil. Ya definir qué es ser libres es difícil, así que la respuesta es a nivel personal. En primer lugar, coincido con Octavio Paz cuando dice: “Sin democracia la libertad es una quimera”.
Las redes maximizaron nuestra libertad de expresión. Por otro lado, de alguna forma estamos renunciando a cierto nivel de derecho a la privacidad. Y a veces, según lo que publicamos, estamos vulnerando el derecho a la privacidad de otros.
Además, en teoría, cada ser humano toma sus propias decisiones. Pero también se basa en una serie de ideas previas que provienen de sus propias convicciones y de la información que recibe del entorno. Si esta información es de alguna manera dirigida, ¿seguimos siendo libres a la hora de decidir? ¿A la hora de votar? ¿A la hora de comprar una marca frente a otra? Como dice Bob Dylan: “Nadie es libre, hasta los pájaros están encadenados al cielo”.