La biotecnología es una industria en sí misma pero a la vez una disciplina transversal que involucra varias áreas y ciencias, lo que le permite aportar en todas los sectores productivos del país.
Dado ese atributo, cada vez más se abren nuevos caminos y posibilidades. Desde hace algunos años se viene impulsando al sector, como por ejemplo desde el Consejo Sectorial de Biotecnología, dependiente del Ministerio de Industria Energía y Minería (MIEM), aunque recién a corto plazo se intensificaron los apoyos y se generaron más herramientas para el sector, tanto a nivel público como privado.
En el marco del Día del Futuro, que se celebró a fines de setiembre de 2018, la entonces Ministra de Industria, Energía y Minería, Ing. Carolina Cosse, afirmó que se definieron cuatro áreas a promover y dentro de esas se encuentra la biotecnología. Si bien todavía no hay una hoja de ruta, están en pleno proceso de elaboración para presentarlas este año.
Desde la Universidad ORT Uruguay se busca crear nuevas oportunidades no solo para sus estudiantes y graduados sino para el sector en general. A fines de 2017 la universidad participó junto a un consorcio de empresas y financiado por la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) en la creación del primer Centro Tecnológico de Biotecnología del país, el Centro Biotecnológico de Investigación e Innovación (CBI+I).
El CBI+I busca promover la colaboración entre empresas e instituciones públicas y privadas que demandan y generan conocimientos. El coordinador académico de Biotecnología y director del Centro, Mag. Carlos Sanguinetti, contó que el CBI+I ya finalizó su primera ronda de financiación y ahora está funcionando de manera autónoma.
Se realizaron proyectos con empresas nacionales como Virbac SA, Microsules y La Buena Estrella, pero además se trabajó para empresas extranjeras como la filial australiana de Virbac SA y se asoció con instituciones de I+D+I como Fundación Latitud o LATU.
“La demanda de proyectos ha sido constante tanto en desarrollo y mejora de producción como en técnicas analíticas muy específicas”, afirma Sanguinetti y agrega “además hemos contribuido a la formación de recursos humanos, albergando o financiando tesis de grado y postgrado”.
Incubadoras para impulsar al sector
Por otra parte, en setiembre de 2018 la ANII aprobó el financiamiento por un plazo máximo de cuatro años de una incubadora exclusiva para emprendimientos biotecnológicos. Forman parte de este proyecto el CBI+I, la Universidad Tecnológica del Uruguay y el Centro de Innovación y Emprendimientos de la Universidad ORT Uruguay.
“El objetivo es acompañar a los incubados en diferentes etapas del proceso de conformación de la empresa, apoyando desde la gestión, la tecnología y el conocimiento a los nuevos emprendimientos”, sostiene Sanguinetti. La incubadora comenzará a funcionar este año y ya se están promoviendo contactos y posibles acuerdos.
Asimismo, con financiamiento de la ANII también se apoyó a la incubadora Khem del Polo Tecnológico de Pando con el propósito de desarrollar un perfil específico para el área de Biotecnología.
Según Yamandú Delgado, ejecutivo de operaciones de ANII, “los emprendedores tienen un fuerte perfil técnico, son personas muy especializadas, y creemos que con las incubadoras se les puede dar apoyo en la gestión y visión emprendedora, que es lo que más necesitan”.
Delgado explica que las incubadoras cuentan con dos tipos de apoyo, uno fijo en el que se les pide indicadores de gestión a ser cumplidos anualmente y otro variable, en función del éxito de los emprendimientos.
La Agencia Nacional de Investigación e Innovación se ha convertido en otro actor muy importante de apoyo al sector, brindando nuevas oportunidades y financiamiento exclusivos para biotecnología.
“En ANII todo lo que respecta a temas de innovación lo trabajamos de manera transversal, es decir, no dividimos el tipo de apoyo o financiamiento en función del sector, pero sí nos dimos cuenta de que para el sector de Biotecnología nuestros instrumentos no se adecuaban a sus necesidades”, explica la Ing. Sara Goldberg, gerente de Operaciones de la agencia.
Varios factores motivaron esta decisión, por un lado los plazos de los emprendimientos biotecnológicos y por otro, que el dinero que necesitan estos proyectos es mayor.
“Sabemos que nuestros instrumentos para este tipo de emprendimientos son limitados, pero tratamos de ajustarnos un poco a sus necesidades.” La ANII trabaja con “ventanilla abierta”, es decir, que los proyectos se pueden presentar durante todo el año y según Goldberg cada vez se ve más movimiento.
“Ya llevamos incubados una decena de emprendimientos y esperamos duplicar ese número para este año con la puesta en marcha de las incubadoras”, asegura Delgado.
Para Goldberg en Uruguay hay mercado para que este rubro se desarrolle, “Yo creo que es un error asociar la biotecnología con la biotecnología exclusivamente, la tenemos que asociar con otras áreas, por ejemplo con el agro, la alimentación, la salud, y creo que ahí podemos dar el salto”, concluye.
Para Sanguinetti se está viviendo un momento de consolidación, “creo que mucha gente se está dando cuenta de que lo que hace es biotecnología y otros están repensando sus empresas en función de lo que la biotecnología les puede dar”.
El sector en Argentina
Argentina también se ha vuelto una opción para desarrollarse en el área, con una comunidad activa y un mercado en expansión algunos profesionales uruguayos encuentran oportunidades de desarrollo en la vecina orilla.
A fines del año pasado se realizó BioArgentina 2018, un evento que nuclea investigadores, empresas referentes y emprendedores, y que promueve la vinculación científica tecnológica en el país y la región. Este año contó con la participación de 960 personas y se realizaron más de 400 entrevistas de vinculación.
Desde Uruguay viajó una delegación, convocada por Uruguay XXI, para conocer el sector y tender posibles alianzas. Como representantes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad ORT Uruguay participaron la MSc. Mariana Ferrari, coordinadora académica adjunta de Biotecnología, y la Lic. Ana Laura Trias, ex coordinadora de graduados.
Ferrari y Trias destacaron la importancia de este evento para conocer el sector en Argentina, tender lazos, traer ideas y buscar posible alianzas. “La verdad que conocer el desarrollo que tiene el sector en la región es alentador. La experiencia de Argentina nos da la pauta de que hay mercado, que debemos ser más creativos al buscar oportunidades y debemos ampliar la diversidad de sectores con los cuales vincularnos", afirma Ferrari.
También ha abierto muchas oportunidades, no solo en Argentina sino también en Uruguay, la incubadora Cites (Centro de Innovación Tecnológica, Empresarial y Social) del Grupo Sancor Seguros.
Este Centro está focalizado en apoyar startups de base tecnológica de alto impacto y alcance mundial y trabaja en el desarrollo de cuatro áreas: Biotecnología, Nanotecnología, Ingeniería y TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación).
La Universidad ORT cuenta con dos de sus graduados de Ingeniería en Biotecnología trabajando como CEO de emprendimientos incubados en Cites. La Ing. Pía Garat es la directora de Eolo Pharma, empresa dedicada al diseño racional de nuevos compuestos para enfermedades metabólicas y cardiovasculares, como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial y la arterosclerosis. En tanto el Ing. Nicolás Tambucho es el director de RADBIO, un emprendimiento biotecnológico que tiene como objetivo el desarrollo de biofármacos y biomarcadores para enfermedades crónicas complejas de alto impacto en la salud.
Ambos fueron elegidos luego de un largo proceso de selección. Sanguinetti destaca el componente empresarial que tiene la carrera y que le brinda a sus graduados la posibilidad de desenvolverse como directores de empresas: “en cada asignatura se hace énfasis en el perfil empresarial y emprendedor, y esto es un diferencial importante”.