¿De qué se trata el emprendimiento?
El emprendimiento se llama Levid y es la primera marca enocosmética uruguaya. Consiste en utilizar el orujo de la uva, que se descarta en el proceso de vinificación, y que contiene muchísimas propiedades que aportan beneficios para la piel, como por ejemplo antioxidantes, propiedades antiinflamatorias o regenerativas, entre otras. Con mi socia, Betiana Otaiza, ella es tecnóloga química, lo que hacemos es tomar el extracto de polifenoles de uva de este “descarte” y usarlo como nuestra materia prima.
¿Cómo surge la idea?
La idea de combinar la uva con la cosmética surge en realidad del querer aprovechar los beneficios de la fruta. La mayoría de los polifenoles de uva se encuentran en la semilla y en la cáscara, que es justamente lo que se descarta, entonces buscamos una manera de aprovecharla, haciendo un proyecto sustentable y efectivo.
Además, desde el lado más personal, la combinación de la cosmética con la uva, es una manera para mí de combinar lo que es mi tradición familiar con mi pasión, que es la biotecnología y la ciencia, y dentro de ellas, la cosmética. Nací en el mundo del vino, vengo de una familia bodeguera, y la verdad es que encuentro en Levid una oportunidad de continuar con la tradición familiar, pero dejando mi huella y haciendo lo que me gusta.
¿Qué cualidades tiene este tipo de cosmética?
Este tipo de cosmética natural, y basada en la uva, presenta un sinfín de cualidades. Una que me parece muy importante destacar es la sustentabilidad. El orujo de uva al descomponerse genera gases de efecto invernadero, entonces no solo aprovechamos una materia prima que se descarta a gran escala en este país, sino que además ayudamos a prevenir esa contaminación.
Por otro lado, una cualidad importantísima y que ya nombré es el efecto antioxidante que tienen estos polifenoles, incluso mayor, según artículos científicos, a antioxidantes de uso cosmético de hoy en día. También buscamos la transparencia en cada proceso del producto, y divulgar información con bibliografía a través de nuestro Instagram y de nuestra web, para que el cliente pueda tomar consciencia de lo que consume y haga una elección basada en conocimiento.
¿Cómo es emprender en el área de biotecnología en Uruguay?
Puedo decir que nuestra experiencia ha sido muy positiva. Recibimos el apoyo de ANDE, la Agencia Nacional de Desarrollo, y también descubrimos que en nuestro país la gente está comenzando a valorar más lo que es la ciencia y la industria nacional, así que hemos recibido mucho apoyo.
¿Qué te brindó la carrera que te ayudó a emprender y a crear esta línea de cuidados?
La carrera de Ingeniería en Biotecnología en la Universidad ORT Uruguay me brindó las principales herramientas para mucha de la investigación que hay detrás del emprendimiento y de las formulaciones. La verdad es que desde el primer momento en la carrera te encontrás con proyectos de investigación en los cuales tenés que salir a leer artículos, y buscar y buscar los más adecuados. Antes me costaba mucho encontrar la información que quería y la correcta, ahora se me facilita mucho más por la práctica y por varias herramientas que nos brindaron.
Por otro lado, siento que ORT va plantando desde el principio esa semillita emprendedora en nosotros, los alumnos. En cada una de las áreas que nos enseñan, siempre está la parte de aplicaciones y de bionegocios, y a la hora de presentar esos proyectos, tenés que vendérselo a tu profesor como la idea más innovadora y genial qué hay. Nos impulsan mucho a que llevemos a cabo nuestras ideas.