Un robot que expresa emociones

En su proyecto final de carrera se plantearon como objetivo experimentar la expresividad en los robots para humanizarlos. Ello conduciría a que las personas tengan un “trato más natural con los mismos”, explicaron en su proyecto.

Garat contó que, más allá del diseño, implementaron en la cara del robot un Sistema de Codificación Facial de Acciones inspirado en el diseño del Dr. Paul Ekman (en cuyo trabajo se basa la serie "Lie to me"), quien dedicó gran parte de su vida al estudio de la universalidad de las expresiones en diversos grupos humanos. “Sus investigaciones demuestran que la forma de sonreír del ser humano es independiente del origen étnico”, agregó Garat, quien se desempeña como Coordinador Adjunto de Laboratorios de Electrónica de la Facultad de Ingeniería.

De esa manera, este producto se puede aplicar para estudiar las micro expresiones del rostro con el fin de detectar estados de ánimo o mentiras. Además de experimentar este lenguaje, Garat señaló que la idea es desarrollar más adelante una gama de productos que sean comercializables dentro de la región.

El proyecto consiste en una plataforma animatrónica: todo lo que intenta simular a un ser vivo en aspecto y comportamiento. “Nosotros decidimos construir una cara animatrónica aunque nuestro estudio puede extenderse a todo tipo de movimientos para un robot. Es decir, con unas pocas modificaciones podríamos construir un brazo o cualquier otra parte del cuerpo”, afirmó Gaspar.

A pesar de todos los intentos de la robótica de responder a las recurrentes fantasías humanas plasmadas en el cine y en la literatura, nada indica hasta ahora que los robots lleguen a adquirir la capacidad de experimentar sentimientos.

Según Gaspar, “una expresión facial significa simplemente para un robot un conjunto de movimientos y no un estado emocional. En otras palabras un robot puede representar la expresión de tristeza pero no va a estar triste”.