Según el académico, el uso eficiente de la energía establece un objetivo “muy ambicioso” que plantea bajar las emisiones de carbono hasta llevarlas prácticamente a cero, principalmente en base a la descarbonización de la producción y la actividad. Sin embargo, lo referido a la eficiencia energética va “más allá”.
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El aislamiento de los ambientes para que mantengan el acondicionamiento térmico o el rendimiento de maquinaria y generadores son ejemplos que se asocian a mitigar la disipación de energía por diferentes mecanismos. Esto cobra especial importancia en lo relacionado a la eficiencia y consumo. En muchas ocasiones, cuanto menor es la inversión inicial, mayor es el costo energético, y viceversa. “Cuando uno compra una estufa por sobre un aire acondicionado porque es más barato, a corto o largo plazo termina costando más porque la primera tiene un consumo energético que es mayor. Entonces, los equipamientos que ofrecen el mismo servicio y tienen diferente inversión inicial (más allá de las novedades tecnológicas que puedan ofrecer, que siempre comprenden un costo extra hasta que transcurre cierto tiempo) es muy probable que tengan un consumo diferente y hay que poner atención en ello”, dice Briglia.
Pero la eficiencia energética redobla la apuesta: “Va en consumir energía u ordenar tus procesos para hacer uso de ella cuando tiene menores costos, y en esto se trabaja muchísimo en la universidad a nivel de grado”, afirma.
El punto es, según el docente, hacer un uso estratégico de la energía. Básicamente, utilizarla en los momentos en que el consumo es bajo y hay disponibilidad, por ejemplo, en la madrugada, cuando los aerogeneradores están en funcionamiento y el consumo es bajo. “La gestión del consumo en los momentos en que hay disponibilidad de energía y, a su vez, que esa disponibilidad sea renovable es eficiencia energética y lo conocemos como optimización”.
Durante el transcurso de la carrera de Ingeniería Eléctrica esas cuestiones se ven en las siguientes asignaturas:
- Generación con Renovables y Redes Inteligentes: Se enfoca en la tecnología de la generación renovable (eólica, solar, biomasa). Entender la energía desde el punto de vista de la ingeniería propiamente dicha.
- Economía de la Energía: Estudia la generación de energía (renovable o no) y el consumo visto de forma óptima. Cómo optimizar los recursos energéticos para abastecer un consumo.
- Transporte de Energía Eléctrica: Profundiza en las localizaciones de consumo, porque no es lo mismo la disponibilidad de red en ciertos lugares que en otros.
- Organización Industrial y Regulación: Trata sobre los mecanismos económicos para tener claras las reglas del juego en estos sistemas de economía y energía, de forma tal que todo pueda funcionar correctamente.
En definitiva, concluye Briglia, “en la universidad no solamente nos dedicamos a entender las redes eléctricas, las máquinas eléctricas, las instalaciones eléctricas de baja y media tensión y todo lo que se estudia en todas las ingenierías eléctricas: la formación clásica y dura. Sino que también le damos mucha importancia a lo que es la optimización energética, que es la clave de la eficiencia”.
“Hay que mirar desde una perspectiva complexiva todo lo relacionado a la ingeniería eléctrica, la energía, la economía y la optimización”.
La eficiencia energética, entonces, sí está vinculada a lo que las personas normalmente conocen, que tiene que ver con el aislamiento en los hogares para mantener las temperaturas, la compra de equipamientos con mejores rendimientos (con mayor inversión inicial pero menores costos variables de energía), y el uso de vehículos con menor cilindrada o menor consumo, entre otras cosas. Pero, sin embargo, “lo más importante de la eficiencia energética es realizar una optimización técnica económica de la generación y el consumo, de forma tal que se consuma más cuando hay disponibilidad y se consuma menos cuando no la haya”.