Durante el evento contó su experiencia en la creación de Davok, una empresa en el sector de la Biotecnología y respondió las dudas de los estudiantes de cómo es emprender en el área, qué tiempos y qué capital se requiere, y qué apoyo existe en Uruguay para hacerlo.
El comienzo de la empresa según contó su fundadora fue inesperado, ya que no estaban buscando emprender. Surgió mientras ella y su novio, ambos estudiantes de ingeniería, estudiaban para un examen.
Empezaron a hacer cerveza en el patio de la casa de sus padres de manera muy artesanal y casi autodidacta. “Todo fue muy impulsivo y el capital eran nuestros sueldos”.
“Empezamos en 2007 y decidimos salir con la cerveza rubia, a pesar de que es la más difícil porque se ven de manera más fácil los errores”, comenta López.
Sobre su crecimiento y cómo se abrieron paso en el mercado dice “nosotros empezamos a crecer a través del boca a boca, con el uso de las redes sociales y con los premios que ganamos. Tenemos 17 medallas y reconocimientos en Brasil y Argentina”.
Cuenta que para poder analizar el mundo y ver qué cosas hay para hacer “hay que mirarlo desde un costado” y agrega “no se necesitan ideas muy innovadoras, hay que ser inquietos”.
El camino lo fueron transitando de a poco, con sus tiempos y posibilidades. Pero a pesar de eso, y que le dijeron que iban a tardar 10 años en recuperar lo invertido, ya en 2010 la empresa dejó de dar pérdida.
En cuanto a la ayuda económica contaron con el apoyo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación y luego pidieron un préstamo al Banco República.
Tampoco contaban con página web pero con el apoyo de Uruguay XXI lograron hacerla sin tener que pagar, solo poniendo su logo al final de la página.
Para López la importancia está en arriesgar y en creer en el producto que estás haciendo, “no importa si no sos buen vendedor o si el proyecto lleva más tiempo de lo esperado”.
“Hay que permitirse soñar aunque parezca loco, después los caminos te van llevando”.