Diego Cáceres, Rafael Clement, Federico Sendra y Juan Manuel Sobral realizaron como proyecto final de carrera un simulador virtual de una cabina de flujo laminar que utiliza interfaces naturales de usuario.
Según cuenta Cáceres el objetivo del proyecto fue desde un comienzo “utilizar una tecnología emergente (en este caso el dispositivo Leap Motion) y crear algo que fuera útil y con posibilidades de uso real”.
¿Por qué eligieron hacer un simulador virtual para Biotecnología?
Luego de plantearnos el objetivo, evaluamos diferentes posibilidades. Siendo que el dispositivo Leap Motion es una interfaz natural de usuario, veíamos que dentro de Biotecnología se le podían dar distintos usos.
Nos reunimos con el coordinador y su equipo varias veces para ver distintas ideas y posibilidades. Ellos nos trasmitieron la necesidad de estas cabinas ya que los estudiantes las necesitan para practicar pero es difícil tener más de una porque son muy caras.
Por lo que vimos como oportunidad poder brindarles otra forma de práctica sin necesidad de tener que tener más cantidad de cabinas físicas, con el gasto y espacio que conllevan.
¿Cómo funciona?
El simulador que creamos, utilizado con el dispositivo Leap Motion, crea un entorno virtual en el que el usuario ve representadas sus manos, dedos y sus movimientos.
De esta forma puede interactuar con los elementos virtuales que ve en la pantalla, por ejemplo, agarrando pipetas, frascos, pasando líquidos de un frasco a otro, etc. Puede interactuar de forma libre, cumpliendo con las reglas y controles que debe seguir en una cabina real, o realizando los pasos detallados de una práctica implementada en el simulador.
¿Qué tecnologías usaron?
Utilizamos el motor de videojuegos Unity3D para crear el simulador virtual, el dispositivo Leap Motion para poder reconocer la posición y movimiento de las manos y dedos, y modelos 3D creados en Blender para representar los distintos elementos virtualmente como la cabina en sí, pipetas, frascos, contenedores, etc.
¿Qué aplicación tiene en el mercado?
En el mercado tiene una aplicación educativa, ya que sirve para entrenar y practicar sobre el correcto uso de la cabina de flujo laminar, pero realizándolo en un ambiente seguro, sin costos de materiales asociados y sin la necesidad de una cabina real.