El año pasado la Ing. Pía Garat comenzó a desempeñarse como CEO de Eolo Pharma, una startup dedicada al diseño racional de nuevos compuestos para enfermedades metabólicas y cardiovasculares. Este año fue el turno de Nicolás Tambucho, Ingeniero en Biotecnología, quien en setiembre se convirtió en el director ejecutivo de RADBIO, un emprendimiento biotecnológico que tiene como objetivo el desarrollo de biofármacos y biomarcadores para enfermedades crónicas complejas de alto impacto en la salud.
Según cuenta Tambucho la propuesta le llegó a través del Mag. Carlos Sanguinetti, coordinador de las carreras de Biotecnología. Si bien en ese momento estaba trabajando y la oferta requería mudarse a Sunchales en Santa Fe, Argentina, donde tiene la sede la incubadora, le interesó la propuesta y se presentó. “Era una oportunidad de crecimiento profesional única”, afirma.
Luego de quedar seleccionado para ocupar el cargo de CEO, comenzó los trámites para trasladarse a Argentina. Sabía que la decisión conllevaba un gran desafío y una gran responsabilidad pero siempre le gustó desarrollarse en el área empresarial.
En tu trabajo anterior también tenías un rol volcado hacia lo comercial ¿Es algo que fuiste buscando?
En Genia (laboratorio de Biología Molecular) comencé trabajando como técnico de laboratorio en 2014 y, en 2015, cuando tuve que realizar la tesis de grado para la carrera Ingeniería en Biotecnología propuse enfocarla hacia el desarrollo de un estudio molecular dentro de la empresa. Esto implicaba una evaluación técnica pero también un análisis económico y comercial de su viabilidad. Afortunadamente me dieron la oportunidad y así comencé a desarrollarme en el sector comercial.
¿Cuánto hay de búsqueda personal al inclinarte hacia ese sector y cuánto te brindó la carrera?
El perfil comercial o de negocios es algo que siempre tuve presente y, en mi opinión, estudiar Biotecnología en sí ya implicaba tomar un camino de innovación y de emprendimiento. Recuerdo que al poco tiempo de empezar la carrera asistimos una charla sobre el Centro de Innovación y Emprendimiento (CIE), y en ese momento tuve la sensación de que estaba en el lugar correcto, donde encontraría las herramientas y la infraestructura para desarrollarme en lo que me gustaba. A lo largo de la carrera y en distintas materias teníamos que desarrollar pequeños proyectos basados en los conceptos teóricos que nos enseñaban, y eso hace una gran diferencia porque nos brindó una perspectiva distinta de las aplicaciones que pueden tener los conceptos aprendidos.
En RADBIO están enfocados al desarrollo de biofármacos que puede tener aplicaciones terapéuticas en enfermedades que hasta el momento no muestran una solución clara.
Estamos enfocados en el desarrollo de nuevas drogas biológicas y biomarcadores para enfermedades como cáncer, fibrosis hepática, enfermedades autoinmunes, etc. Estas enfermedades comparten ciertas respuestas biológicas como inflamación o desdiferenciación. Existe una proteína llamada “receptor II de TGF-beta” que está involucrada en los mecanismos a través de los cuales estos procesos se llevan a cabo en las células. RADBIO descubrió y patentó una nueva variante soluble del receptor II de TGF-beta, la cual es producida naturalmente por las células humanas y resulta una innovadora herramienta terapéutica y de diagnóstico.
Actualmente ya hay biofármacos que tratan por ejemplo la artritis reumatoidea y que tienen alta efectividad. ¿Qué es lo distinto o novedoso de este biofármaco que están desarrollando?
Si bien para algunas patologías ya existen biofármacos, la gran diferencia de nuestro desarrollo es que se trata de una proteína que es producida naturalmente por las células humanas. De esta manera apuntamos a regular de forma más precisa la cascada mediada por la proteína target de nuestro descubrimiento, la TGF-Beta. Se sabe que TGF-Beta comúnmente se produce en exceso en enfermedades como cáncer, fibrosis y procesos inflamatorios, y esta sobreproducción excesiva genera una progresión de las enfermedades que modulan el crecimiento celular, la migración y el fenotipo celular. Esta es la razón por la cual una de las ventajas competitivas sobre otras drogas biológicas es que esta se dirige a disminuir la acción de TGF-β pero sin inhibir totalmente sus efectos agonistas.
¿Cuáles son los beneficios de los biofármacos frente a los medicamentos comunes?
Los biofármacos tienen naturaleza biológica en lugar de química y generalmente son producidos por organismos vivos. Por lo tanto, son iguales o muy parecidos a las proteínas humanas, lo que puede llevar a que sean más eficaces y con menos efectos secundarios. Estos medicamentos apuntan a la medicina personalizada.
¿Cómo está integrado el equipo de trabajo?
La empresa está formada por un equipo multidisciplinario y cuenta con el apoyo y la colaboración de equipos de trabajo del Instituto Tecnológico de Chascomús (INTECH) y el Instituto Médico CER. Es un equipo con mucha experiencia y muchos años dedicados específicamente al desarrollo de este proyecto. Los fundadores son el Dr. Ricardo A. Dewey, Ph.D. asesor científico, especialista en ingeniería genética, terapia génica y medicina regenerativa; el Dr. Jorge Velasco Zamora, asesor clínico, especialista en medicina interna y reumatología; la Lic. Mónica Coronel, asesora financiera con especialización en administración de empresas, la directora de tecnología es Dra. Ana Romo, Ph.D., bioquímica especializada en biotecnología, industria y negocios, y las tareas de laboratorio están a cargo de la Tec. Pamela Velázquez.